Dejar llorar

Muchas familias nos escriben preguntando si podemos ayudarlos a mejorar la situación de sueño familiar sin dejar al bebé llorar. En vista de la enorme cantidad de información que circula por la web con respecto al sueño y los métodos de dormir para niños, creemos necesario aclarar nuestra forma de trabajo, la cual se sustenta en un proceso extenso de estudios e investigación.

Con este artículo, queremos brindar a las familias una herramienta más al momento de tomar una decisión con respecto al deseo de mejorar la situación de sueño de sus hijos y la familia en general. Algunos puntos previos: 

¿Qué es una asociación de sueño?

Piensen en qué necesitan hacer ustedes, como adultos, para conciliar el sueño: algunas personas solo duermen con la TV prendida, otras necesitan que la habitación esté totalmente a oscuras y otras personas no logran dormirse sin leer antes de acostarse. Estas actividades que nos permiten conciliar el sueño son conocidas como asociaciones, pues dan a nuestro cuerpo la señal de que es momento de dormir.

En el caso de los bebés, las asociaciones funcionan de la misma manera: son actividades específicas que les permiten conciliar el sueño. Algunos necesitan tomar pecho o chupón, otros pasear en coche, y otros echarse en sus cunas para conciliar el sueño tranquilamente. Las asociaciones de sueño sirven no solo al momento de acostarse, sino cada vez que un bebé despierta durante la noche –lo cual es normal y muy frecuente, tanto en niños como en adultos-.

Pensemos en todas las veces en que, como adultos, hemos despertado a la mitad de la noche. Generalmente vemos el reloj, nos cobijamos y podemos volvernos a dormir en cuestión de minutos, al punto que generalmente no recordamos que estuvimos despiertos. Lo mismo sucede con los bebés que han desarrollado la capacidad de conciliar el sueño sin ayuda: despiertan, se dan una vuelta y se arrullan para volver a dormir.

Los bebés que tienen asociaciones de sueño externas -como dormir en brazos, tomando pecho o en sillita vibradora-, necesitarán las mismas condiciones que los ayudaron a dormirse para volver a conciliar el sueño. Al despertarse y no encontrarlas, generalmente lloran como manera de llamar la atención de aquellas personas a cargo de proveerlas, lo que termina despertándolos por completo y fragmentando su sueño.

¿Está mal dormir a mi bebé en brazos o dándole pecho/chupón?

¡Por supuesto que no! Cada familia debe hacer lo que les parezca apropiado y lo correcto, siempre y cuando se sientan cómodos y la situación de sueño funcione para ellos. Si bebé y sus padres se sienten bien, entonces no hay problema.

Cuando un bebé únicamente logra conciliar el sueño en brazos o tomando leche, esta situación puede generar cansancio extremo si el bebé despierta mucho durante la noche. A veces, el mismo cansancio y las malas noches nos llevan a buscar soluciones a corto plazo para dormir al bebé más rápidamente, y así poder conseguir unas cuantas horas de descanso. Pasar al bebé a la cama de los padres, mecerlo por más de una hora seguida o darle pecho cada 45 minutos son algunos ejemplos de ello.

Esta situación termina volviéndose un ciclo vicioso en el que bebé empieza a despertarse mucho durante la noche, los padres duermen cada vez peor, y todos necesitan un cambio para poder dormir mejor. A las familias que se encuentran en una situación similar, que necesitan un cambio, va dirigido nuestro artículo.

¿Cuándo puedo esperar que mi bebé concilie el sueño por sí solo?

Es esencial aclarar que los bebés recién nacidos no tienen la capacidad de conciliar el sueño de forma independiente, por lo que sería irreal e inapropiado para cualquier familia esperar que su bebé pase la noche sin despertarse. Estos bebés necesitan comer bastante seguido, su sistema nervioso no está maduro y sus ritmos circadianos –que regulan el sueño- no están formados aún. Existen maneras de ayudar a los bebés a desarrollar la habilidad de conciliar el sueño de forma independiente, de forma muy gradual, aprox. desde las 8 semanas. Este es un tema que tocamos a profundidad en nuestra charla sobre las bases del sueño desde los 0 a los 9 meses.

Es recién entre los cuatro y los seis meses, con el visto bueno de un pediatra, que podemos iniciar un proceso más estructurado para enseñarle al niño a dormir de forma independiente. La clave del proceso: ayudarlos a adormecerse para luego darles la oportunidad de terminar de dormirse por sí solos en sus cunas.

¿Cómo logro que mi bebé duerma de forma independiente, sin ayudas externas?

Cuando un niño tiene el pecho, el coche o el mecerlo como una asociación de sueño muy fuerte, tenemos que iniciar un proceso para ir cambiando estas asociaciones por otras que le permitan dormirse sin ayuda.

¿Significa esto que papá y mamá deben hacerse a un lado, dejando a bebé solo para que “aprenda” a dormir? No. Parte del éxito de nuestros planes de sueño implica preparar, de la mano de los padres, el ambiente de sueño, los horarios, rutinas y otros componentes para facilitar a sus niños el trabajo de aprender las nuevas asociaciones al dormir. ¿Cuál es el objetivo? Generar una rutina de sueño apropiada que funcione como señal para que el bebé duerma tranquilamente en su cuna, conciliando el sueño de forma independiente.

Ahora bien, si un bebé o un niño están muy acostumbrados a dormirse con ayuda, y esto sucede también durante la noche y las siestas, cambiar las asociaciones de sueño es realizar un ajuste bastante grande, especialmente cuando lleva durmiendo de cierta manera por un tiempo prolongado. Imaginen que de pronto, el doctor les receta a ustedes dormir sin almohadas y con un colchón más firme para proteger su espalda: ¿podrían ajustarse al cambio con facilidad? ¿dormirían bien las primeras noches? Posiblemente no. Lo esperable sería que requieran de unas cuantas noches como mínimo para poder dormir en las nuevas condiciones.

Entonces, ¿es fácil para el niño aceptar un cambio en su forma de dormir? La mayoría de las veces, no. ¿Es necesario hacerlo? Esto es criterio de cada familia. Si quieren leer más sobre la importancia del sueño para el desarrollo adecuado del niño, pueden hacerlo en el siguiente artículo.

¿Qué métodos existen para lograr este cambio?

El objetivo de los métodos de sueño es modificar las asociaciones de un niño y permitirle desarrollar la habilidad de conciliar el sueño de forma independiente. Existe una variedad de métodos distintos que se adecuan mejor a cada familia y cada niño, y qué tan gradual realizamos este cambio depende mucho de sus necesidades. La gran mayoría de ellos funcionan siempre y cuando uno sea consistente en su aplicación.

Muchas personas aseguran haber probado un método sin haber tenido éxito, y sucede que enseñarle a un niño a dormir es un proceso complejo que requiere evaluar la situación de sueño de forma integral, así como una aplicación consistente del método. Muchas personas intentan por uno o dos días y aseguran que no funcionó. Nosotras pensamos que lo más probable es que no se aplicó el método de la forma adecuada.

¿Puedo generar un cambio en la situación de sueño sin que mi bebé llore?

Para nosotras, “dejar llorar” no es el método. No creemos en aprender a dormir por agotamiento ni en abandonar a los bebés.

Sin embargo, los métodos implican realizar ajustes en los que le pedimos al bebé o niño que se acostumbre a dormir de una forma distinta a la anterior –la cual, sabemos, no estaba funcionando para la familia-. Por lo tanto, siendo realistas, es muy difícil esperar que el bebé acepte el cambio de inmediato y sin reclamos, expresados a través del llanto.

Piensen en un bebé acostumbrado a dormirse en brazos, y que de pronto le pedimos que duerma en una sillita vibradora. Piensen en un bebé que dormía con chupeta y que deciden eliminarla a sugerencia del dentista. Todos estos cambios van a generar un reclamo -llanto- de parte del bebé, sin siquiera estar pensando en implementar un método de sueño.

Todos sabemos que el llanto del bebé es una comunicación. Sin embargo, ¿qué nos está queriendo decir al llorar? Muchísimos niños lloran por sobre-cansancio, por querer dormir y no tener el espacio para hacerlo. Aunque sea duro de escuchar, muchas veces los bebés necesitan que les demos chance de dormir. Muchos otros niños lloran como forma de descarga al final de un día sobre-estimulante, pero en el deseo de calmarlos, les quitamos esta oportunidad de autorregularse.

Los padres pueden escoger el método que mejor les funcione, y pueden acompañar al bebé de distintas maneras en el proceso. Sin embargo, sabemos que la parte más difícil de cambiar la situación de sueño se la llevan ellos: es un proceso cansado, debemos ser consistentes en la implementación del plan, y si, muchas veces hay que escuchar al bebé llorar y reclamar por estos cambios. Gran parte de nuestro trabajo es brindar ese apoyo diario y constante que les permite pasar los primeros días, generalmente los más difíciles, para poder ver un cambio tan positivo y significativo en la vida de todos.

¿Cuál es nuestro mensaje?

Sabemos que muchas familias sufren y ven sus relaciones –con sus hijos, con la pareja- desgastadas por falta de sueño, pero se sienten atrapadas pues no saben cómo mejorar su situación. Sabemos también que los procesos de cambio son difíciles, pero pueden traer beneficios enormes en la vida de las personas. Un plan de sueño que se implementa a conciencia, de forma responsable y en el contexto de vínculos seguros, no genera daños a nivel emocional ni cerebral -aunque haya llanto involucrado-, sino más bien devuelve a las familias la tranquilidad y el descanso que tanto anhelan.