¿Por qué nosotros mismos complicamos algo que ya es complicado? Tanto las mamás como los papás están siempre comparando, juzgando y tomando decisiones fuertes de qué tipo de padres no quieren ser aún antes de que nazcan sus bebés. Cuántas familias me hablan de que no quieren ser como tal mamá que sale corriendo a casa a las 5 pm para bañar y dormir a su bebé…y cuántas familias me hablan de que no quieren ser como tal otra familia que a las 8 pm siguen luchando para dormir a sus hijos.
Lo primero que les digo siempre es que no se comparen y honestamente que tampoco juzguen, pues probablemente la mamá que sale corriendo a las 5pm a dormir a su bebé, pasó por épocas de mucho cansancio y por fin encontró la manera de mantener a su bebé descansado y feliz. Ella probablemente no tiene absolutamente ningún problema en tener que irse a su casa, pues a partir de las 6:30 pm tiene toda la noche para ella y su esposo solos. Y para rematar, duermen toda la noche corrida y amanecen con total energía para empezar un nuevo día (¡pues sí, un día que termina a las 5 pm!).
Además de juzgar y comparar lo que vemos con nuestros propios ojos, también tenemos que lidiar con lo que escuchamos. Cada mamá contará su versión de cómo duerme su hijo y probablemente depende de la época en la que lo cuenta y de su percepción. Hemos tenido muchas familias que nos aseguran que sus bebés duermen perfecto la noche y solo necesitan ayudan con siestas. Una vez conversamos un poco, nos damos cuenta de que la «dormida perfecta» consta de tener que dormir al bebé en brazos, a veces por más de 20 minutos a pesar del dolor de espalda, y luego de levantarse varias veces durante la noche que, aunque sean levantadas cortas, le fragmentan el sueño a todos. No creo que estén mintiendo ni exagerando; creo que ellos realmente perciben según sus expectativas y según lo que han escuchado, que eso es un dormir perfecto.
Sin embargo, desde mi perspectiva de Consultora de Sueño que ha trabajado con cientos de familias, les puedo decir que hay una edad en que realmente tanto los bebés como los padres necesitan dormir la noche recta para mantenerse saludables, felices y cuerdos.
Tomen con pinzas lo que escuchan. Creo que esto es algo que aplica a todo en nuestras vidas. A mi, por ejemplo, me costó mucho quedar embarazada. Creo que al ser algo tan personal y privado, nunca me comparé con nadie. Sin embargo, un día, sin ni siquiera tocar el tema de otras mujeres, una ginecóloga muy querida me dijo que ella no sabe por qué, pero que todas las mujeres mienten sobre cuánto tiempo les tomó quedar embarazadas como si fuera algún tipo de competencia. Para mí, esto fue un aprendizaje más, sobre no juzgar y no comparar.
Yo expongo esta idea no para que entre nosotras ahora no nos creamos, ni que para que nos resintamos; sino para poner las cosas en perspectiva, entender que cada uno es único, cada caso es diferente y que cada mamá y papá tiene distintas creencias y expectativas para sus hijos. Hagamos las comparaciones para aprender y para ver otras perspectivas que tal vez no habíamos considerado, pero por favor no las hagamos para juzgar, sentirnos mal, o hacer algo difícil -como criar a un hijo- aún más difícil.
Si estás luchando con el sueño de tu bebé, no te llenes de información y comentarios por todo lado; confía en tu instinto, confía en nosotras, déjanos escucharte y permítenos ayudarles. Apaguemos todos los otros canales y danos el chance de ayudarte en este hito del desarrollo tan crucial como es dormir mejor.