Querida Mamá,
El momento ha llegado. Has pasado tal vez cuatro, seis u ocho meses maravillosos con tu bebé, disfrutando su compañía, viéndolo hacer cosas nuevas cada día y dándole todo lo que necesita y le gusta. Sin embargo, ya no podés recordar cómo se sentía dormir una noche corrida y aunque te despertás con todo gusto a las 3am para ayudar a tu gordito a volverse a dormir, también estás muy, muy… muy cansada. Creemos que es muy normal que sintás que estás lista para dormir. Estamos seguras que tu pareja también está lista ¡y créenos que tu bebé también!
De acuerdo al desarrollo, es normal que todos los niños pequeños se despierten varias veces durante la noche y que, hasta los 4 ó 6 meses de edad, aún necesiten de tu presencia para conciliar nuevamente el sueño. Una vez alcanzan la madurez necesaria, todos los niños están listos para aprender a conciliar el sueño sin asistencia, lo que les permite a ellos, así como a sus padres, conseguir el sueño que tanto desean.
La falta de sueño se refiere no solamente a dormir pocas horas durante la noche, sino también a dormir de forma fragmentada. Dormir es extremadamente importante para todos, y la falta de sueño puede afectar a tu bebé de una manera que tal vez no has imaginado:
Aprendizaje: Dormir permite la maduración de las neuronas, lo cual facilita el aprendizaje y el procesamiento de la nueva información que los niños reciben cada día. Algunos estudios inclusive han encontrado una relación entre un alto porcentaje de sueño consolidado durante la noche con mejores notas en exámenes cognitivos. Muchas niños diagnosticados con ADHD en realidad están deprivados de sueño y, una vez esta situación mejora, los síntomas desaparecen.
Estado de ánimo: Los bebés que duermen más durante la noche han demostrado tener un temperamento más tranquilo y un mejor manejo de sus emociones, siendo menos huraños, menos distraídos y más adaptables. Esto, a su vez, influye en la calidad de los vínculos que establecen con las personas que los rodean.
Crecimiento: En niños pequeños, el sueño es el factor que más afecta la producción de hormonas de crecimiento de la glándula pituitaria.
Si tu bebé no está durmiendo, tú y tu pareja tampoco están durmiendo lo suficiente, y esta situación tampoco es saludable para ustedes. La falta de sueño en adultos ha sido vinculada al incremento en peso, presión alta, y la decadencia del sistema inmunológico. Además de los efectos a nivel físico, el cansancio extremo ha sido fuertemente relacionado a la depresión postparto en las mamás. Una madre o un padre agotados tendrán mayor dificultad para mostrarse sensibles, atentos y conectados a las señales del bebé, algo esencial para el desarrollo de vínculos sólidos y seguros.
¡Esperamos que la información anterior te tranquilice si aún tenías dudas sobre la decisión de enseñarle a tu bebé a dormir!