Hace un tiempo recibimos un correo de una familia comentando que querían hacer un plan de sueño para enseñarle a su bebé a dormir mejor de forma respetuosa. Luego de intercambiar varios correos, conversar sobre nuestra forma de trabajar, y hablar sobre cómo muchos bebés expresan su cansancio y su protesta a través del llanto, nos comentaron que pensaban que al decir que un plan es respetuoso, se concebía una “fórmula mágica” que hacía que los bebés no protesten ni lloren del todo durante el proceso.
Todas las mamás y todos los papás quieren lo mejor para sus bebés, eso es claro. El tema está cuando piensan que ser respetuosos con ellos es sinónimo de evitar a toda costa que lloren y se expresen frente a los eventos del día a día.
Muchas personas usan la frase “dejar llorar” como si esa fuese la manera en que un bebé va a empezar a dormir mejor. La imagen del bebé llorando a solas, toda la noche en su cuna, desatendido, estresado, es muy distante de la realidad de Dulces Sueños.
Nuestros planes de sueño inician por conocer a la familia con la mayor profundidad posible a través de un cuestionario extenso que abarca temas como información sobre el niño, su temperamento y su desarrollo, el espacio donde duerme, su rutina diaria completa, la filosofía de crianza de los padres, sus modos de comprender la disciplina y establecer límites en casa, y eventos específicos de la historia familiar. Esta información se profundiza durante la reunión inicial, en la que podemos conocer a la familia, aclarar dudas de ambas partes y, lo más importante, establecer una alianza de trabajo. La idea es que un plan de sueño se haga en equipo teniendo como objetivo principal el bienestar del bebé y la tranquilidad de toda la familia.
Durante el mismo proceso, es esperable que el bebé proteste la nueva forma de dormir. Pensemos si a nosotros nos piden que dejemos de dormir sin almohada, o que nos cambiemos a un colchón más duro, o que modifiquemos de alguna manera la forma en que estamos acostumbrados a dormir mejor. Sería irreal pensar que un bebé puede ajustarse sin quejarse a este tipo de cambios.
Pensemos también en cómo nos sentimos nosotros cuando llevamos muchos días sin dormir, o con exceso de trabajo, muy presionados y estresados. ¿A quién se le hace fácil dormir bajo estas condiciones? Cuando uno está deprivado de sueño, ¿no quiere más bien echarse a llorar de la desesperación de no poder descansar?
¿Sabían que dormir mal incrementa la producción de cortisol en el cuerpo de los bebés? Exactamente. Cuando un niño duerme mal, su sobre-cansancio se traduce en niveles elevados de cortisol en el cerebro. Es decir, dejar que un bebé siga durmiendo mal lo expone crónicamente justamente esa hormona a la que tantos artículos se refieren como la hormona del estrés. Dejar dormir mal a un bebé no es la opción saludable ni respetuosa.
Con un plan de sueño, tienes la posibilidad de acompañar a tu bebé a su lado, y esto es importantísimo. La experiencia emocional de un bebé que tiene a mamá o papá cerca, acogiendo su frustración y su cansancio, es emocionalmente positiva para él. Le enseña que sus padres están para él, que comprenden sus sentimientos y responden a ellos, y que juntos pueden superar retos y ver resultados muy positivos para toda la familia.
Cuando en Dulces Sueños decimos que enseñamos a los bebés y familias a dormir de forma respetuosa, no nos tomamos esto a la ligera. Trabajamos las dificultades de sueño desde la raíz, revisando y solucionando los motivos de fondo que ocasionan que los niños no logren dormir bien. No utilizamos atajos ni recetas mágicas que dejarán de funcionar al cabo de unas semanas; lo que hacemos es empoderar a las familias con herramientas con base científica que les van a servir para brindar a sus hijos el mejor sueño posible a lo largo de toda su niñez.
Nuestros planes respetan al niño y respetan a las familias. Hacer un plan de sueño impacta la vida familiar de formas que uno no imagina, porque dormir mejor es mucho más que eso. Es bienestar, es paz, es tranquilidad, es trabajo en equipo, es energía y es disfrute. Es ver a tu bebé desarrollarse de forma saludable, es salud mental para mamá y es el bienestar de toda la familia.